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Es un hecho que no todas las personas tienen los dientes iguales, ya que los hay más grandes y más pequeños. Sin embargo, en ocasiones en nuestra clínica dental en Valladolid acude algún paciente con alteraciones en la dimensión de estos que van más allá de lo normal, por ejemplo, cuando hablamos de microdoncia.

¿Qué es la microdoncia?

La microdoncia es cuando las coronas de las piezas dentales cuentan con un tamaño pequeño de forma desproporcionada. Básicamente podemos diferenciar dos tipos de microdoncia, la parcial y la generalizada.

  • Parcial

La microdoncia parcial es aquella que se produce cuando una de las piezas dentales es de menor tamaño en comparación con el resto. Esto suele ser habitual en los incisivos laterales superiores, aunque también afecta a los premolares, los tercios molares o muelas del juicio.

  • Generalizada

Cuando se trata de microdoncia generalizada es cuando se produce en todos los dientes al completo, siendo uno de los casos menos habituales. Este problema no se tiene porque dar en ambas arcadas, ya que puede afectar únicamente a una de ellas.

Algunas personas que sufren microdoncia es debido a que la han heredado debido a un trastorno genético conocido como enanismo hipofisiario, aunque no necesariamente tiene que ser por este motivo.

¿Hay tratamiento para la microdoncia?

La microdoncia afecta especialmente a la apariencia de la boca y, a pesar de que puede tratarse de una boca sana, lo cierto es que puede causar muchos complejos a las personas afectando profundamente a su autoestima. Afortunadamente para estas personas, existen varios tratamientos para solucionar el problema de la microdoncia.

Estos tratamientos serían las restauraciones dentales mediante composite, las coronas dentales de porcelana, carillas dentales o, en algunos casos, llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia.

Dependiendo de la situación de tu boca tu odontólogo te podrá mostrar que tipo de tratamiento es el más adecuado para corregir este problema estético.

Esta es la gran cuestión que se plantean todas aquellas personas que están a punto de someterse a un tratamiento de ortodoncia. Pero, antes de responder, contestemos a otras cuestiones interesantes para aquellos pacientes que precisan usar un aparato de ortodoncia:

¿Cuánto dura un tratamiento de ortodoncia?

Los tratamientos de ortodoncia en nuestra clinica dental de Valladolid, tienen una duración media de entre 18 y 24 meses. Obviamente, hay que matizar la cifra: dado que hablamos de medias, es evidente que habrá pacientes que corrijan el problema en un año y otros necesitarán tres.

Todo dependerá de la gravedad de las desalineaciones dentales. Y si el problema es de apiñamiento dental, entonces es posible que el tratamiento se prolongue más allá de los 36 meses.

¿Hay sistemas de ortodoncia más rápidos que otros?

La respuesta a esta otra pregunta es un sí rotundo: de hecho, los datos apuntan a que el dispositivo más rápido es el de ortodoncia invisible Invisalign. En algunos casos, se han observado reducciones del tiempo de tratamiento de hasta el 50%, respecto de los tradicionales ?brackets? metálicos.

El sistema Invisalign se vale de unas férulas transparentes de material termoplástico que recubren la dentadura, y que además son removibles por el usuario. Pero su otra particularidad es que se cambian al menos dos veces por mes, adaptándose a la evolución de las posiciones de las piezas dentales.

Es este último hecho el que provoca que la eficacia del tratamiento se multiplique, reduciéndose el tiempo necesario para la corrección del problema.

¿Y cuándo notaré visualmente los primeros resultados de mi ortodoncia?

Los cambios son tan sutiles que no los percibirás de una semana a otra. Pero la buena noticia es que si tomas una foto cada mes y la comparas con la del mes anterior, ya podrás visibilizar pequeños cambios.

Y si utilizas una aplicación de secuencias fotográficas, te aseguramos que, en solo 6 meses, te asombrarás al comprobar cómo se están desplazando tus dientes.

El sangrado de encías es un indicativo de que algo no está yendo bien en nuestra boca, de manera que vamos a aprender un poco más acerca de las encías sangrantes, causas, síntomas y tratamiento.

Qué es el sangrado de las encías

El sangrado de encías se puede producir por diferentes razones, pero desde una perspectiva general, se puede considerar que ya existe una enfermedad periodontal o que hay riesgo de que se desarrolle.

Entre las principales causas del sangrado de encías destacan:

  • Trastornos hemorrágicos.
  • Cepillado excesivamente fuerte.
  • Cambios hormonales, habitual en mujeres embarazadas.
  • Aparatos dentales de ortodoncia mal colocados o ajustados.
  • Presencia de alguna infección.
  • Falta de vitamina C.
  • Es habitual en personas que consumen anticoagulantes.
  • Falta de vitamina K.
  • En casos de leucemia.

Los síntomas que se observan

El hecho de que sangre la encía en un momento puntual no es razón de preocupación, pero se deberá consultar a la clínica dental si ocurre que:

  • El sangrado sea abundante.
  • Sea de tipo crónico, es decir, muy prolongado.
  • No hay explicaciones o razones lógicas para justificar el sangrado.

Tratamiento para el sangrado de las encías

El tratamiento para el sangrado de encías va a depender del problema que lo motive, por lo que se puede proceder desde a realizar una limpieza a recomendar el consumo de vitamina C al paciente, regular los aparatos dentales, explicar cómo debe cepillar sus dientes de forma más suave o incluso, en casos en los que exista duda, remitir a un especialista para que pueda determinar la posible presencia de alguna enfermedad que dé lugar a este sangrado.

En el momento en el que se produce el sangrado, se recomienda no consumir tabaco y presionar sobre la encía con una gasa o un pequeño trapo bien limpio y empapado en agua helada.

No tome ningún medicamento salvo si su dentista o médico se lo indica, y si está consumiendo algún tipo de medicamento previamente, indíquelo para que determinen si puede estar relacionado con el sangrado.

La ortodoncia es necesaria siempre que se observen dientes mal colocados o desalineados, con la excepción de los dientes de leche.

Tampoco debe utilizarse un dispositivo de ortodoncia si faltan piezas dentales definitivas por salir, ya que algunos problemas de desalineación iniciales en niños y preadolescentes se resuelven espontáneamente cuando la dentadura está completa al 100% según nuestro dentista en Valladolid.

Por lo tanto, es en plena adolescencia cuando más frecuentemente se inician los tratamientos de ortodoncia.

El gran problema de la ortodoncia en la adolescencia

No existe ningún problema médico real, pero sí que hay uno psicológico: la adolescencia es una etapa de la vida en la que predomina la inseguridad y en la que la persona joven intenta afirmarse a sí misma.

Por lo tanto, el aspecto físico es uno de los mayores objetos de preocupación de todo adolescente. Y aquí está el gran problema: la estética. Porque es innegable que las prótesis de ortodoncia dan un aspecto muy extraño a la boca y además son extremadamente visibles.

Por eso muchos adolescentes experimentan auténtico rechazo a sus ‘brackets’, y no son tan raros los casos en que los padres acceden a que sus hijos prescindan de estas prótesis, tan antiestéticas como necesarias.

La solución: ortodoncia invisible y ortodoncia transparente

El ser humano se distingue por su capacidad para buscar vías alternativas, así que la solución para este problema ha venido de la mano de las técnicas de ortodoncia invisible.

Una de ellas consiste en la implantación de prótesis metálicas fijas que van sujetas a la cara interior de los dientes. De esta forma, solo se verán ligeramente si el usuario se ríe a carcajadas o abre al máximo la boca.

En la otra, se sustituyen los ‘brackets’ por unas prótesis transparentes modeladas, indistinguibles a simple vista y removibles.

Pensamos que para el adolescente psicológicamente afectado será más interesante la segunda opción, ya que además de ser prácticamente invisible, la ortodoncia transparente permite que se la quite en ocasiones puntuales, favoreciendo la adherencia del joven al tratamiento.