La ortodoncia es necesaria siempre que se observen dientes mal colocados o desalineados, con la excepción de los dientes de leche.
Tampoco debe utilizarse un dispositivo de ortodoncia si faltan piezas dentales definitivas por salir, ya que algunos problemas de desalineación iniciales en niños y preadolescentes se resuelven espontáneamente cuando la dentadura está completa al 100% según nuestro dentista en Valladolid.
Por lo tanto, es en plena adolescencia cuando más frecuentemente se inician los tratamientos de ortodoncia.
El gran problema de la ortodoncia en la adolescencia
No existe ningún problema médico real, pero sí que hay uno psicológico: la adolescencia es una etapa de la vida en la que predomina la inseguridad y en la que la persona joven intenta afirmarse a sí misma.
Por lo tanto, el aspecto físico es uno de los mayores objetos de preocupación de todo adolescente. Y aquí está el gran problema: la estética. Porque es innegable que las prótesis de ortodoncia dan un aspecto muy extraño a la boca y además son extremadamente visibles.
Por eso muchos adolescentes experimentan auténtico rechazo a sus ‘brackets’, y no son tan raros los casos en que los padres acceden a que sus hijos prescindan de estas prótesis, tan antiestéticas como necesarias.
La solución: ortodoncia invisible y ortodoncia transparente
El ser humano se distingue por su capacidad para buscar vías alternativas, así que la solución para este problema ha venido de la mano de las técnicas de ortodoncia invisible.
Una de ellas consiste en la implantación de prótesis metálicas fijas que van sujetas a la cara interior de los dientes. De esta forma, solo se verán ligeramente si el usuario se ríe a carcajadas o abre al máximo la boca.
En la otra, se sustituyen los ‘brackets’ por unas prótesis transparentes modeladas, indistinguibles a simple vista y removibles.
Pensamos que para el adolescente psicológicamente afectado será más interesante la segunda opción, ya que además de ser prácticamente invisible, la ortodoncia transparente permite que se la quite en ocasiones puntuales, favoreciendo la adherencia del joven al tratamiento.