Los implantes son la solución óptima en la mayoría de los casos de pérdida de piezas dentales. Sin embargo, algunas personas al acudir a su dentista en Valladolid, se encuentran con que no pueden colocárselos, ya que carecen de suficiente masa ósea mandibular.
En muchos casos, los dientes naturales no se han caído porque estuvieran cariados o enfermos. Se han caído precisamente por la falta de hueso en la mandíbula.
Por tanto, si colocamos unos implantes, por buenos que estos sean, ocurrirá lo mismo que con los dientes originales: terminarán moviéndose, causando infecciones y finalmente desprendiéndose.
Están suficientemente documentados los casos de pacientes que han perdido sus implantes dentales en muy poco tiempo, tras haber sido intervenidos en clínicas cuya praxis médica podría calificarse, en el mejor de los casos, de dudosa.
La causa es la enfermedad denominada periodontitis, que comienza afectando a la encía. Según la enfermedad avanza, las bacterias colonizan las raíces de los dientes y el hueso de la mandíbula, haciéndolos desaparecer paulatinamente.
El proceso finaliza con la caída de piezas sanas por falta de soporte mandibular para el anclaje, porque la raíz ha desaparecido, o por ambas cosas.
La única forma de solucionar el problema son los tratamientos regenerativos de la masa ósea.
No vamos a entrar en los detalles médicos de estos tratamientos, ya que existen varios procedimientos según la tipología del caso, todos ellos basados en técnicas de injerto, y no son precisamente sencillos de explicar.
Lo que sí diremos es que se trata de tratamientos complejos, costosos y largos, con una duración media de unos nueve meses. Una vez realizados, el paciente dispondrá de las mayores garantías de éxito en la colocación de sus implantes dentales.
Y hacemos hincapié de nuevo en que, sin la masa ósea necesaria, cualquier implante dental será problemático y terminará cayendo.