Los problemas de encías retraídas se desarrollan lentamente y en plazos bastante largos, por lo que es habitual que muchos pacientes no sean conscientes de que se está desarrollando en su boca. Para poder evitarlo, es importante conocer las causas por las que se produce para actuar a modo de prevención, además de realizar una revisión regular de nuestra boca en una clínica dental de confianza en Valladolid.

Qué son las encías retraídas

Las encías retraídas son el nombre que se utiliza para indicar la recesión de las encías, es decir, al hecho de que los tejidos que conforman las encías y que rodean los dientes, se vayan retirando o desgastando, debido a lo cual la raíz del diente queda expuesta al exterior.

Esta circunstancia lleva no sólo a un problema estético, sino que además, también facilita la acumulación de bacterias entre los dientes, dando así lugar a distintas enfermedades periodontales.

Causas por las que se retraen las encías

Existen diferentes causas por las que se puede producir la retracción de las encías, entre las que destacamos:

  • Presencia de enfermedades periodontales.
  • Causas genéticas.
  • Cepillado de dientes agresivo.
  • Mala higiene bucal.
  • Cambios hormonales.
  • Problemas de bruxismo.
  • Mala alineación de la mordedura.
  • Dientes torcidos.
  • Presencia del piercings.

Soluciones más efectivas

Además de la realización de la periodoncia más adecuada en función de la enfermedad que se haya podido desarrollar, también es importante llevar a cabo un tratamiento que permita solventar el problema en función de las características de la retracción de las encías:

  • Retracción leve: si se detecta con suficiente antelación, se procederá a limpiar en profundidad toda la zona afectada, asegurándonos de la retirada completa tanto de la placa como del sarro. Se trabajará especialmente debajo de la línea de las encías así como en la zona expuesta de la raíz.
  • Retracción extensa: si se pierde demasiado hueso o aparecen bolsas demasiado profundas, entonces es necesario proceder a realizar un tratamiento quirúrgico, a través del cual se acabará con las bacterias dañinas que se hayan acumulado en las bolsas y a la vez se procederá a asegurar el tejido de la encía sobre la raíz. En los casos más graves se debe proceder a una cirugía de regeneración.